domingo, 31 de enero de 2016

ENTREVISTA CIENTÍFICA: Oliva Rodríguez Gutiérrez.


“Mucha gente cree que la arqueología es ir al campo y sacar cositas”


Oliva Rodríguez Gutiérrez, profesora e investigadora de la Universidad de Sevilla, Departamento de Prehistoria y Arqueología
Un buen modo de acercar la ciencia es humanizarla, y el género periodístico por antonomasia para cumplir este objetivo es la entrevista.
Oliva Rodríguez Gutiérrez es participante en las dos tareas fundamentales de la ciencia: investigación (en su haber una gran cantidad de artículos, tanto conjuntos como en solitario) y divulgación, dirigiendo varias asignaturas sobre arqueología en la Facultad de Geografía e Historia de la capital andaluza.
Su despacho está en el centro de un laberinto, y es que el antiguo edificio de la Universidad de Sevilla, en sus comienzos una construcción diáfana y más o menos simétrica, ha ido ampliándose en alturas y direcciones. Como te indiquen mal en secretaría, date por perdido.  Sólo le falta que las escaleras se muevan y las estatuas hablen para ser Hogwarts.
Al fin llego, no sin la ayuda de Oliva. Es un despacho al uso: varias sillas, un par de escritorios. Como es lógico, podemos encontrar gran cantidad de libros y revistas de diversa índole. Imagino que estarán debidamente clasificados y ordenados, pues la ciencia siempre intentó evitar, o quizás echarle un pulso, al sofocante caos del mundo material. Jerarquizados según sus muy diversas procedencias y campos de estudio, ya que en pocas ramas del conocimiento científico convergen más especialidades que en la arqueología. O quizás estén puestos unos documentos y artículos unos junto a los otros sin más, porque tenemos poco tiempo en este mundo, y mucho que aprender de él.
¿De quién depende más el éxito o fracaso de una entrevista, del entrevistado o el entrevistador? Pese a que no he podido llevar las preguntas tan preparadas como quisiera, y he leído sus más relevantes artículos deprisa y corriendo, sin el sosiego y reflexión que merecen, la charla es en todo momento fluida y dinámica; y, muy lejos de quedarse en blanco, Oliva aporta su punto de vista sobre las terminologías y disciplinas científicas, el mundo romano, las excavaciones y la nostalgia.
No querría llenar esta primera entrevista de frases manidas y preguntas obvias, pero no se me ocurre una mejor forma de empezar que preguntarle qué es la arqueología, a una persona que lleva tantos años aprendiéndola y practicándola.


OLIVA-La arqueología es el estudio de la cultura material, de qué podemos saber de la historia a través de los restos materiales.
Durante mucho tiempo la arqueología se ha entendido como una especie de hermana pequeñita de la historia que se hacía con textos. Todos tenemos un poco en mente la historia de Heinrich Schliemann, un señor que cogió los textos homéricos y se puso a buscar en el terreno  pruebas de lo que decían. Encontró Troya, sólo que esa Troya que veía no era la homérica, sino otra de una época diferente, en una fase que no correspondía con la Ilíada. Hoy se entiende, sin embargo, que la arqueología puede contar muchas cosas al margen de los textos. Los textos y la cultura material trabajan muy bien juntas, pero no necesariamente tienen que ir unidas o la arqueología ser simplemente la que demuestre lo que dicen los textos.
P- A ver si no me equivoco: ¿Cuando se consigue conocimiento a través de los textos es historia, y a través de los restos, arqueología? ¿Y cuando se juntan los dos? ¿Entonces todo es Historia? Sería algo injusto.
R- Es un debate, incluso de tipo epistemológico, académico... La cuestión es que todos hacemos historia, en el fondo todos somos historiadores, lo que pasa es que unos somos historiadores de los textos, y otros historiadores de la cultura material. Nosotros no somos menos historiadores que ellos, de hecho es importante que la gente más especializada en textos nunca pierda de vista lo que cuenta el material y que nosotros que trabajamos con el material tampoco dejemos de leerlos.
La propia Academia, la organización de los estudios aquí en la Universidad, trabaja  de manera diferente a esa mentalidad. Tenemos un grado de Historia y otro de arqueología, así que para la organización docente ya parece que son dos cosas diferentes.
P- A ti no te llaman historiadora, ¿o sí?
R- Yo siempre defiendo que me llamen historiadora. Cuando me dicen: ¡ah, eres arqueóloga!; les contesto: sí, soy historiadora.
P- ¿Y arqueóloga también?
R- Hombre, por supuesto. Creo que la arqueología es un subconjunto de la historia, no algo diferente. Ése es el gran debate, que mucha gente piensa que la arqueología es ir al campo y sacar cositas. Nosotros no sólo cogemos cacharros del suelo, sino que interpretamos lo que nos dicen.
P- Y si a la historia de restos se le puso el nombre de arqueología, porqué a la de textos no se le dio otro, como textología, para que no hubiese esa confusión?
R- Porque se hizo mal. Pero ya digo, es un gran debate.
P- En uno de tus artículos cuentas que en un primer momento no era tenida en cuenta la arqueología, ¿cuándo y por qué cambia eso?
R- Empieza a tener peso ya casi a finales del siglo XIX, cuando la comunidad científica se percata de que los objetos que salen del terreno y no necesariamente son bellos en un sentido artístico, ni siquiera dignos de colocar en un museo, pueden contener información valiosa, aunque se trate de un cuenco de cerámica común.
Otro salto importante se da con la Nueva Arqueología, que empieza en los años 70 en el mundo anglosajón. Estos arqueólogos incorporan la geografía, la arqueología del paisaje, la estadística... Su virtud es que le dan un carácter científico muy fuerte a la arqueología, su problema que reniegan de los textos. Como si dijeran: “somos arqueólogos pero no somos historiadores”. Y yo soy crítica con ello.
P- En otras palabras, podría haber dos personas estudiando lo mismo, una en textos y otra con restos, y no darse cuenta una de los descubrimientos de la otra, teniendo que hacerlos varias veces (cuando lo que permite el progreso de la ciencia es precisamente lo contrario).
R-Claro. Además de que muchas veces la información es interesante contrastarla y ponerla en común. Y luego está el debate, cuando superamos el mundo antiguo y ya nos metemos en la Edad Media, Moderna..., porque entonces hay mucha gente que dice: la arqueología ahí ya no es necesaria, tenemos un montón de textos.
Sin embargo, nosotros defendemos que se puede hacer arqueología incluso de la etapa industrial y de la etapa actual. Siempre que tengamos una cultura material para que nos cuente cosas, eso es arqueología. Podemos hacer arqueología de la fábrica de la Trinidad y cómo hacían vidrio a principios de siglo, porque hay restos para estudiar.
P-Ésta es una ciencia muy interdisciplinar, ¿verdad o mentira?
R- Totalmente cierto. La arqueología guarda numerosos préstamos y vínculos con otras disciplinas. En México, los arqueólogos son antropólogos, porque los comportamientos sociales tienen mucho que ver con lo que nosotros estudiamos.
P-De hecho, en cierto sentido el desarrollo de la ciencia pasa por ello, ¿no? Unificar todo. Quizás el día de mañana uséis más las matemáticas, por ejemplo.
R-En el Departamento de Geografía e Historia de la Universidad de Granada uno de los profesores es estadístico. De hecho, aquí en España estamos algo atrasados en ese aspecto; vas a Francia, Alemania o Reino Unido y hay una mayor transversalidad de las disciplinas. Antropólogos, filólogos, historiadores...trabajando todos juntos para poner en pie la historia cultural desde muchos puntos de vista.
P-Lo que creo que está claro es que la ciencia ha pasado de ser individual en un principio, que uno sabía de todo, a la situación actual, donde como no os llevéis bien los científicos no se avanza...
R- Claro. Aunque eso de conocer de todo...cada uno sabía de lo que sabía. Lo importante es hacerse preguntas nuevas. Si te las planteas, pronto empiezas a buscar quién te las puede responder. Si no tienes curiosidad, te parece que lo sabes todo, lo respondes a tu manera y a otra cosa.
Yo he trabajado con geólogos, botánicos, antracólogos (gente que hace estudios con los carbonos), e incluso arquitectos, debido a que me estoy centrando últimamente en la tecnología y las estructuras. Nos ayudamos mutuamente: aunque conozca los métodos constructivos de la antigüedad, se me caería la casa si la tuviera que construir. Incluso con químicos y físicos también, para la caracterización de los materiales.
Poco a poco vamos incorporando nuevas disciplinas auxiliares que nos están contando cosas antes invisibles, por ejemplo cuestiones de comportamiento y mentalidad, todo ese mundo está ahora muy en boga. La arqueología se había preocupado ya por los hechos históricos relevantes, las élites, la gente que ha controlado las sociedades... Ahora la preocupación va también hacia la gente normal y corriente. Esto ya lleva un tiempo, desde la Escuela de los Annales francesa; pero sí que es cierto que se está tratando de dar voz a personas que antes no estaban presentes por la manera de hacer historia.
Toda una serie de nuevas disciplinas (análisis de polen, semillas, carbones...) nos hablan de un mundo cotidiano al que antes, cuando no estaban desarrolladas, no teníamos acceso. Son abiertas un sinfín de nuevas vías de estudio, ahora que  se empieza a entrar realmente en la sociedad. Cómo vivían, en qué pensaban, qué comían los individuos anónimos del siglo III o el VII.
P-Son conocidos los romanos por la solidez y perdurabilidad de sus construcciones, ¿has encontrado a lo largo del tiempo una excepción a esta regla? También alguna chapuza harían...
R- Eso es lo más interesante. Cuando uno en el aula estudia las cosas, todo parece que es maravilloso y perfecto, pero luego al ir al terreno te encuentras un montón de excepciones y cosas que no tienen sentido. Nos han enseñado que los romanos construyen con ladrillo, piedra... Pues en el valle del Guadalquivir hay mucha construcción con barro crudo.
P-Y la pregunta del millón, ¿qué puede aportar al presente, al día a día, el estudio del pasado y de otras sociedades? ¿Es esto algo más bonito que práctico?
R- Bueno, ahí está el topicazo de que para conocer nuestro presente tenemos que conocer nuestro pasado. Nada es práctico. Las cosas tienen todas su parte de plasticidad, diletante, que no va a ningún sitio. Es cierto que nosotros no construimos casas ni curamos a gente...podría considerarse a la arqueología una disciplina superflua de la que prescindir. Lo que ocurre es que nosotros estamos en una línea temporal y venimos de gente que ha estado ya hace muchos años aquí y se ha comportado de una manera determinada con el medio ambiente, con el espacio que le rodea, con otros grupos sociales... Y en el fondo no han cambiado tanto las cosas.
Algo también interesante: la arqueología posmoderna dice que cuando nosotros contamos el pasado, estamos incorporando parámetros de nuestro presente, es decir, construimos el pasado a partir de los mismos condicionantes y limitaciones con los que interpretamos la realidad actual.
Edulcoramos las lecturas pasadas con lo que  nosotros somos. El historiador se proyecta a sí mismo cuando intenta de forma neutral reconstruir el pasado. Para cada cultura los mundos perdidos en el tiempo simbolizan diferentes cosas, y unos le son más favorables que otros para identificarse. A Andalucía hoy en día el mundo romano no le resulta demasiado fascinante. Imagínate lo que les puede interesar a los catalanes el mundo romano, que lo que defendía era una Hispania unida.
El pasado también sirve para reivindicar lo que nosotros queremos ser: Mussolini se identificó plenamente con Augusto y tomó su figura como gran referente cultural, soñando con convertirse en el nuevo Augusto que llevara a una Europa Occidental unida, imperial.
P-Voy a hacer la pregunta de una manera más dura: ¿si mañana por Decreto Ley desapareciera la arqueología, que consecuencias tendría a medio y largo plazo?
R- Dejaríamos de tener curiosidad por muchas cosas que nos rodean. Me considero una detective de la historia: a partir de los indicios, reconstruir el todo.
P-¿Crees que la arqueología es una ciencia de nostálgicos? ¿No llegas a fantasear con las épocas que llevas veinte años estudiando?
R- Sí claro, absolutamente. Si uno no fantaseara con el pasado, sería muy aburrido. Yo creo que todos los arqueólogos querríamos que en algún momento nos metieran en una máquina del tiempo y poder elegir dónde ir.

 

P- ¿La ciencia, sus hallazgos en ámbitos como la biología, la geología, la arqueología...pueden llegar a la mayoría de la gente?
R- Yo creo que sí llega, hay una gran demanda por conocer la antigüedad. Nuestra responsabilidad es que la gente lo siga viendo atractivo pero también como algo serio y real, que no se convierta en acientífico. Y tenemos que hacerlo porque va a estar Iker Jiménez contando cosas en la tele. Hay que dar el salto a la divulgación, no nos podemos quedar en el ámbito de la ciencia académica. Aunque sí que es cierto que no todo el mundo sabe comunicar, adaptar el discurso al público en general. Tengo compañeros que dan una conferencia y aburren a las ovejas. Cuando los científicos no tienen esa capacidad de transmitir, ahí están otros profesionales: comunicadores, periodistas... Cada uno tiene que aportar lo que conoce. Otro gran problema es cómo a veces nos desesperamos por la escasa preparación por los periodistas. Hablan de antes de Cristo y de después de Cristo con un desparpajo...
P: Y además lo pondrán en tu boca.
R: Sí, sí...con comillas y todo. Tenemos que servirnos de vosotros para que se pueda divulgar de calidad y llegar a la gente, pero también debéis ser conscientes de que lo que contamos es una cosa muy precisa y muy concreta. He tenido experiencias con periodistas poco afortunadas. Si vas a entrevistar a alguien sobre células madre, pues infórmate sobre ello. Lo básico, que al final es lo que vas a contar a la gente. Entiendo que el gran problema es la inmediatez.
De algún modo tenemos que concienciarnos, para que la ciencia se acerque aún más a la sociedad. Yo misma estoy metida en proyectos con gente de Bachillerato. Si la arqueología te suena a chino, no la vas a valorar.
P-¿Qué porcentaje de hallazgos arqueológicos no son realizados por arqueólogos? Alguien se da un golpe contra algo y es la cabeza de Marco Aurelio.
R- Muchos. Todavía está poco desarrollada una arqueología preventiva, que es la que trata de evaluar los territorios para saber ya previamente qué nos podemos encontrar y dónde. Actualmente se empieza a desarrollar, para darnos cada vez menos sorpresas y dejar menos al azar. Si los descubrimientos se realizan de manera fortuita es fácil que los restos se degraden, estropeen…
Si un señor va a hacer una obra y ya antes de empezar tiene allí a cinco arqueólogos, será todo mucho mejor a que meta la grúa, haga un boquete y se lleve la mitad antes de que alguien se entere. Planificación, tan necesaria como olvidada.
P-Y en cuanto a la propiedad de estos restos, lo cual creo que es algo que la gente desconoce, pongamos que voy por el monte y me encuentro una estatuilla del calcolítico, ¿es mía?
R-  No, tienes que entregarla por ley. Respecto a esto, hay un artículo en la Constitución Española, el 138, que dice que en materia de cultura las comunidades autónomas tienen la competencia. La Ley de Patrimonio Histórico Español es la madre de todas las demás, pero desde el año 2010 todas las comunidades de España tienen su propia ley de Patrimonio para poderse legislar.
P-Entonces es ilegal o imposible montar tu propia colección, ¿no? Imaginemos que a mí me encanta la arqueología, soy un apasionado. Trabajo en Correos pero sé dónde puede haber restos y voy recogiendo lo que veo.
R- Nadie puede tener una colección que no venga de antes del año 85. Si ahora por ejemplo tu abuela, que posee una colección declarada de 1982, te la deja a ti, eso es tuyo.  Pero por lo demás es ilegal. Y aquí hay mucho comportamiento delictivo, claro. El problema es que todo el mundo sabe que hay determinadas legislaciones europeas mucho más permisivas que la española para este tipo de cosas, por lo que es muy fácil que objetos encontrados en España se envíen a Inglaterra y vuelvan con falsa identificación, como objetos encontrados antes del año 85, caso de las monedas. Hay hoy día muchas monedas encontradas en el campo andaluz, que son llevadas a Londres y regresan como procedentes de la colección Smith del año 60. Una vez que entran con esos papeles en España, ya pueden pasar al ámbito del comercio libre.
P-También querría preguntarle por los conflictos urbanísticos que deben darse. Recuerdo que en la pared del portal de casa de mis abuelos hay el fósil de un ammonites, lo cual me fascinaba de pequeño. ¿Quién tiene más fuerza, el arqueólogo o el empresario?
R- La Ley de Patrimonio debe pesar sobre ello, eso está muy bien regulado.
El problema es que tenerla no da garantías de que se vaya a cumplir. La segunda parte que tiene la ley es precisamente la amonestación: no se puede hacer, pero si aún así decides cometer el delito, se ejecutarán contra usted todas estas acciones legales. Y la cuestión de las multas es complicada, porque establecer el valor de objetos arqueológicos presenta grandes dificultades. Un cacharro de cerámica puede ser valiosísimo desde un punto de vista cultural pero desde el material no. Establecer las penas  es complicado por ese grado de subjetividad tan importante, sometiéndose a la manipulación y a los juegos de la política. Eso es muy triste. Te cuento el caso andaluz: la Consejería de Cultura, en materia de Arqueología, tiene que hacer inspecciones. El problema es que nunca ha tenido demasiada capacidad y con la crisis mucho menos. Para que te hagas una idea, una sola persona debe velar porque la ley se cumpla en todos los pueblos de Sevilla. Y no es capaz de estar en todos los sitios.
Si además el ayuntamiento no es sensible a ese tipo de cosas…Pongamos que un señor empieza a excavar en Alcalá del Río. Si sale algo extraño de la tierra, debería llamar al inspector y decirle: oye, ven, que están apareciendo restos. Vendría el inspector y le diría que llamase a un arqueólogo. Si esa cadena de información no se produce, tú llegas dos años después a Alcalá del Río y te encuentras el edificio construido, sin haber sido avisada de nada. Debería ser punible, pero no se está llevando a cabo. La ley dice que en dos días hay que llamar a la Administración competente. Si no lo haces es delito, y si no lo haces por desconocimiento de la ley, también, porque el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Pero si nadie se entera, ¿cómo te pillan?


P-¿Qué siente cuando unos restos son destruidos por desconocimiento antes de que puedan llegar los arqueólogos y estudiarlos? Porque si se destruye una pieza de un museo, quizás se le haya sacado ya “el jugo” histórico, pero en aquel caso no se destruye la pieza sino también el conocimiento que contiene.
R- Una pena. Pero las administraciones, que son las que tienen que estar pendientes, dejan mucho que desear.
P-¿Qué valores actuales cambiaría por los de la sociedad romana y viceversa?
R- Yo no estaba allí, pero por lo que nos transmiten las fuentes, señalaría el respeto a la gente mayor, y a todo lo que pueden ofrecer y enseñar. Ahora no los queremos para otra cosa que cuidar niños.
P-Aunque mirándolo con perspectiva algo ha cambiado la ancianidad, porque antes eras una persona mayor con 45 primaveras y ahora con 80…
R- Todo estaba trasladado en el tiempo, ¿no? Un chaval de 15 años era casi un adulto que tenía que lidiar con todo. Yo creo que la manera de acercarse al campo y al territorio es algo que también hemos perdido, queriendo transformar el medio salvajemente. El hecho de que exista una tecnología nos ha llevado a por narices tener que utilizarla.
Uno de los problemas del mundo antiguo era la desigualdad social brutal que había, empezando por la esclavitud. Con tanta desigualdad, el que está mal, está hecho polvo, y es un porcentaje muy alto de la población el que no tiene derechos ni acceso a nada. Ahora también sufrimos de cosificación de las personas y nuestras propias esclavitudes, claro, pero si recordamos las épocas de conquistas romanas, el número de gente que pasaba a ser esclavos del Imperio era brutal. Había esclavos que podían prosperar económicamente, pero ninguno decidir por su vida.
P-¿No podían ir a votar?
R- Más que eso: eres una cosa. Alguien decide por ti, puede matarte y venderte. No eres tu dueño, sino que te viene impuesto de fuera. Había incluso esclavos públicos, imperiales, que eran de todos. Y esclavos que tenían esclavos, que no te extrañe. En nuestra misma sociedad ha habido personas que mientras eran proletarios fueron los que más reivindicaron derechos y cuando se convirtieron en empresarios emularon, incluso superaron a los más tiranos. Muchas veces uno reproduce lo que ha vivido.
P-A lo largo de su carrera, ¿ha notado los recortes? ¿Ha ido a la baja la inversión? ¿Los políticos se acuerdan de ella la semana antes de las elecciones?
R- Sí, exactamente. Además, cuando hay menos dinero hay más irregularidades. Si fluye la inversión todo el mundo está contento: sacan proyectos la gente buena, la regular y la un poco peor. Pero en situación más apretada se ven chanchullos, llamaditas...
Ésta no es una profesión para volverse rico. Además, muchos hallazgos estuvieron vinculados al mundo inmobiliario, ya por el mero hecho de que la ley, cuando ibas a construir un edificio y afectar al subsuelo, obligaba a hacer una excavación arqueológica. Hubo gente que vivía de la arqueología porque había mucho movimiento constructivo. Yo tengo compañeros que trabajaron intensamente en la fase de auge del ladrillo, pero al llegar la crisis han tenido que dedicarse a otras cosas.
P-Madre mía, a quién no afectó, la crisis del ladrillo. A lo largo de tu carrera, ¿de qué logro estás más orgullosa, qué trabajo te ha satisfecho más…?
R- El proyecto que tenemos ahora en Baelo Claudia es muy interesante, además de que colaboramos con franceses, lo cual aporta muchas cosas. También he vivido hallazgos fortuitos que te emocionan, pero un arqueólogo no tiene que estar satisfecho de ello. Hace unos años encontramos una cabeza de una escultura en Itálica estupenda y maravillosa, pero lo que debe resultar interesante es por qué está aquí, si la querían destruir…
P-¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
R- No necesariamente. Depende de cada uno, dónde le haya tocado estar. Yo estaría encantada de meterme en la máquina del tiempo y viajar a la época de Augusto, pero a lo mejor a los dos días me vuelvo. No me cambiaría de manera indefinida por ningún tiempo pasado.
P-¿Y aunque no se pueda estudiar sobre él, no te da curiosidad lo que pueda pasar dentro de mil años en el futuro?
R- Yo soy mucho más curiosa del pasado que del futuro, porque todavía no ha ocurrido.
P- Vivimos a partir de lo que ya ha sucedido, y lo que sucederá dentro de mil años ya se está comenzando a construir ahora, todo es una cadena. Creo que daría para un estudio sociológico, saber a dónde se proyecta cada uno, hacia adelante o hacia atrás. ¿Usted, como amante del pasado, qué siente al sacar una cabeza de la tierra?
R-Es muy emocionante, el rollo fetichista lo tenemos todos y eso no lo podemos evitar. Además, tú sabes que la última persona que vio esa cabeza nació y murió hace quince siglos, entonces es algo curioso, ponerse en comunidad con gente de hace tantísimo tiempo. Encuentras una agujita de hueso que tuvo una señora en el pelo hace mil años.


LAS FRASES

-Podemos hacer arqueología de la fábrica de la Trinidad y cómo hacían vidrio a principios de siglo, porque hay restos para estudiar.

-Construimos el pasado a partir de los mismos condicionantes y limitaciones con los que interpretamos la realidad actual.

 -Si uno no fantaseara con el pasado, sería muy aburrido. Yo creo que todos los arqueólogos querríamos que en algún momento nos metieran en una máquina del tiempo y poder elegir dónde ir.

-Establecer el valor de objetos arqueológicos es muy difícil.

-Si esa cadena de información no se produce, tú llegas dos años después a Alcalá del Río y te encuentras el edificio construido, sin haber avisado de nada. Debería ser punible, pero no se está llevando a cabo.

-Había esclavos que podían prosperar económicamente, pero ninguno decidir por su vida, había incluso esclavos públicos, imperiales, que eran de todos. Y esclavos que tenían esclavos.

viernes, 29 de enero de 2016

7 canciones que NO debes escuchar



¿Lleva usted una feliz y cómoda existencia, estira el brazo y alcanza todo cuanto deseó, el estilo de vida burguesa ha satisfecho sus expectativas?

Entonces yo aquí le pongo sobre aviso, por su salud y seguridad, con siete canciones a las que no debería acercarse. Pongamos que un día conduce su coche y empiezan a sonar: entonces apague la radio, tírela por la ventanilla y pare en la siguiente gasolinera para comprar cantidades industriales de palmeras, donuts, tabletas... cualquier cosa que contenga chocolate, está demostrado que provoca felicidad. ¿Le asaltan en un pub a las siete de la mañana? Váyase. ¿Le persiguen por alguna calle oscura? ¡Corra, corra más rápido lo que pueda!

Y si no se siente todo lo feliz que desearía, porque hay mañanas que se levanta por automatismo y  ninguna estrella le guía, pues entonces... entonces puede escuchar esta lista, la verdad. ¿Se sentirá mejor? Eso no lo sabe nadie.

¿El orden? Más tristeza cuanto más cerca del número uno. Pare cuando no le quepa en el pecho. Porque recuerde: el que mira demasiado tiempo al abismo, cae en él.

AVISO: Usted escucha esto bajo su responsabilidad. Estas canciones podrían provocarle la enfermedad de la melancolía. A mí me la provocaron... y luego me curaron de ella.
En definitiva, siete canciones que NO debes escuchar si realmente amas tu vida.


7- Stay alive (The Pains of Being Pure at Heart)
La coloco de última porque intento ser "objetivo", pero si fuera honesto conmigo mismo ésta, Higger than the stars, Say no to love y el Belong entero irían directos al TOP3. Canciones que sí, lo reconozco, hoy por hoy son algo ñoñas y les falta fuerza, por no hablar de lo estúpido de los videoclips, pero en el pasado me pegaron muy fuerte y quedarán para siempre asociadas a una de las etapas más bellas, transcendentes y a la vez tristes de mi vida. La ingenuidad perdida.



6- Asleep (The Smiths)
No sé en qué estaba pensando Morrisey cuando escribió esta canción, pero es muy probable que no tuviera un buen día en la oficina. Canta, suplica: que le dejen dormir, que no le despierten nunca más, si acaso en otro mundo totalmente diferente. Lenta, desganada, como si les hubiesen arrancado el alma, es la canción que más me llega de este grupo. Sing me to sleep... sing me to sleep...






5-Who knows (The La´s)
The La´s saltaron a la fama por... qué va, nunca tuvieron mucho éxito, en realidad. Sacaron un disco homónimo capitaneado por su "hit" There She Goes, y con esta canción fue con la que llegaron a más gente. No llegó a entrar en su único disco la cara B de There She Goes:Who knows. La hermana "fea" de su himno pop perfecto, un poco de guitarra acústica y una voz lastimera repitiendo como un mantra: "who knows...what tomorrow nows...who knows what the future holds". ¿Qué nos depara el futuro? Una de las canciones favoritas de Liam Gallagher, joya olvidada.



4-Cualquier canción buena interpretada nostálgicamente con un piano (R.Thomas cover de Supersonic-Oasis)
No hablamos de ninguna chorrada. Es coger una canción de temática cualquiera, con base musical sólida, y a piano se vuelve más triste que El viaje de Chihiro. 
Recuerdo escuchar la versión original de Supersonic, (incluida en aquel fantástico ya desde el título Definitely Maybe), y llenarme de una especie de orgullo, esa canción transmitía confianza en uno mismo pase-lo-que-pase, autoestima prestada para momentos de necesidad. En cambio, ahora uno siente las notas como gotas de lluvia golpeando el cristal... un día triste de invierno... tristísmo. Pero apetece volver a escucharla. 
     


3- On your own (The Verve)
Vamos a mezclar las dos propuestas anteriores. Una hablaba de un grupo infravalorado, otra de britpop, entonces hablemos del grupo más infravalorado del britpop. The Verve son conocidos (si es que lo son) por su disco más comercial, Urban Hyms. Y sí, de himnos va sobrado, pero no me parece cualitativamente mejor -tampoco peor, para discos hay días- que el shoegazing de The Verve EP y A Storm In Heaven, sin olvidarse del A Nothern Soul, el cual regalaba al oyente momentos maravillosos como esta canción que aquí os traigo. 
Y sí, me hace recordar... Y sí, la nostalgia se apodera de mí. Ojalá caigan diez maldiciones por lo menos sobre Richard Ashcroft y la que fue su banda.

 
2-Lose my breath (My Bloody Valentine)
Si se trata de mi grupo favorito es entre otras cosas porque muchas de sus obras maestras (Soon, When you sleep, Thorn...), si no son alegres, al menos nunca te entristecen, como si estuvieran por encima de esa categorización emocional. Pero esta canción, aunque de una calidad insuperable, hay días que me supera: el tema más depresivo del grupo hace honor a su nombre. Sólo para momentos extremos de catarsis personal. 
 
 
1-Radiohead (Radiohead)
Me explico: pones en un sólo archivo todas las canciones de Radiohead ordenadas cronológicamente y ahí tienes a nuestra ganadora. Los maestros de la tristeza. Estoy seguro de que si se pusieran a componer algo más amable podrían conseguir para sí la fama de los Beatles. Por si no te apetece repasar toda su fantástica discografía - en todos los sentidos- mi selección triste sería You (Pablo Honey) que te dejo aquí en riguroso directo, mucho mejor que la versión de estudio, Black Star, Fake Plastic Trees, Street Spirit o High and Dry (The Bends), Karma Police (Ok Computer), How to dessapear completely o True love waits (KID A), Morning Bell, Reckoner, Codex...
 
 
Pero esta recopilación acústica hecha por fans te dará todo lo que necesitas para cuando te apetezca sumirte en una insondable y voluntaria depresión, pero eso sí: más bella todavía que triste. Si no, ¿qué sentido tendría? Esos punteos alienígenas, ese lamento inhumano. No sé si les habrá destrozado el proceso creativo de estas oscuras gemas, pero desde luego llevan años sin sacar disco.

Tres cuartos de hora de gloriosa tristeza aquí.
 
Y una pregunta para la reflexión: ¿es posible valorar de forma mínimamente "objetiva" una obra artística que te entristece, o comparar su calidad con otras que sean alegres? ¿Es la capacidad de levantar el ánimo uno de los aspectos a tener en cuenta? Si lo  necesario es pasar un buen rato, desde luego hay canciones de Justin Bieber mucho mejores que éstas...
 
En el caso de que este post te ha puesto nostálgico/a... lo siento, pero estabas sobre aviso. De todos modos, podemos lanzar otra pregunta: ¿tiene lo triste la capacidad de alegrarnos? Hay cosas complejas y contradictorias, y luego está la mente humana.

lunes, 25 de enero de 2016

Sound Of Confusion, debut glorioso




(Lamento que, por alguna razón, el cuadro inicial sólo se visualiza entero en ordenador. De todos modos, si estás con el móvil puedes darle a ver visión web y lo leerás también. Disculpad las molestias.)



¿qué tenemos?
Un LP de 1986 (1.994 la reedición)
Nombre
SOUND OF CONFUSION
Grupo
SPACEMEN 3
Discográfica
GLASS RECORDS
Integrantes
PETER KEMBER (guitarra; feedback, crea los muros de sonido que llenan el disco); JASON PIERCE (guitarra, voces); PETE BAIN (bajo); NICHOLAS BROOKER (bajo, percusión).
Duración
39:55 el CD original, 1:12:30 la reedición.
Influídos por
STOGGES, MC5, SUICIDE, VELVET UNDERGROUND
Influyeron en
LOS PLANETAS por ejemplo, sin salir de España.
Te molará si te gusta...
El churrasco poco hecho, ver el mar rompiendo contra las rocas durante horas, formas diversas de depravación artística.



                                                          (CRÍTICA DISCO)


Bicéfalos (con la dupla Jason Pierce-Peter Kember al mando) y singulares, los Spacemen 3 se estrenaron con el Sound Of Confusion que hoy reseño, si es que mi ordenador- a punto de caerse a pedazos- me lo permite.

Estas bestias de Rugby (Reino Unido) llegaron a la escena musical con valentía y originalidad bajo el brazo, y eso que varias canciones de este álbum debut directamente son covers: Mary Anne “pertenece” a Juicy Luicy, Rollercoaster a los 13th Floor Elevators y Little Doll a los Stogges, cuya sombra planea a lo largo del disco, incluso la última canción -O.D. Catastrophe- remite a T.V. Eye. Y sólo hay siete temas en total.

Entonces, ¿qué hay de nuevo, amigos? Vagancia, diría la razón; irreverencia, el corazón. Unas ganas enormes de contar de nuevo la vieja historia del rock, pero a lo bastardo. Algo tienen estos tipos que les hace únicos: no es cuestión de habilidad, similar a la de otros grupos, más bien talento y visión.

Nuestro viaje comienza con la distorsión despertando enfurecida de un dulce sueño, asciende hasta su límite físico y allí se mantiene durante 40 minutos.

Ya en la iniciática Losing touch with my mind se escuchan los tímidos quejidos de una sala de grabación que no da para más…y lo que le queda. Estamos ante un caso flagrante de explotación laboral, como si dijeran: “bah, si se rompe, ya compraremos otro ampli.






Spacemen 3 (éstos, jueveniles; los de The Perfect Prescription; los que partieron en dos; todos) son al rock lo que Qué vida más triste a la comedia española.

Una simpleza que asusta, en la que sólo artistas de su talento podrían mantenerse sin llegar a esperpentos vacíos como Gym Tony. Con los demás grupos dices: joder, esta canción “x” es igual a aquella antigua “z”, vaya mierda, y su mayor preocupación debería ser no repetirse.
En cambio, los Spacemen 3 tocan 10 minutos un solo acorde, y nunca piensas que te estén timando. Es como si Messi se fuera de siete con el mismo regate, dirías: ¡la ostia! No les hace falta sudar, ni mucho menos hacer un solo, jamás saldrán de la habitación del “Josebas”; arte y vida en estado puro: mejor poco hecho que prefabricado, la carne aún sangrando.



Tres escenarios, dos colores, un sonido.

Las canciones son un par de retazos, en realidad bastante vulgares –no seamos tan fanboys/fangirls como para negarlo- a partir de los cuales improvisan, pero no ellos, estáticos y repetitivos; sino los amplificadores, debatiéndose entre esta y una vida mejor, fundiendo el sonido “limpio” de las guitarras con una distorsión poderosa, que aquí tiene el don de la ubicuidad. Y en ella se pierde tu mente mientras que Jason y Kember podrían poner monos amaestrados a hacer su trabajo… ¿o no?

Porque el resultado –ciertamente irregular, el grupo aún está lejos de su cima, apenas sale del cascarón- es antes que disco experimento artístico, tesis doctoral en la universidad del decibelio.

Un tratado revolucionario de cómo mantener un par de acordes hasta el infinito, con el objetivo mesiánico de hipnotizarte, sin que el fantasma del aburrimiento haga acto de presencia.

Aunque las técnicas que aquí muestran serían perfeccionadas en posteriores discos, éste tiene a su favor ser el más explosivo, de una cutrez peligrosa, como si pillaran a drede un mal equipo de sonido –del chino, preferentemente- y lo destrozaran sin tocarlo durante toda una noche de luna llena, dándole dos opciones, fallecer o morir, que diría Loulogio, recientemente resucitado para la causa, no sé cuál/ pero es divertido.

¿Qué ruido hace un altavoz al estallar?


   (sobre la reedición)

El disco definitivo para escuchar con gafas de sol a las cinco de la madrugada. Y por si alguien se siente insatisfecho, la revisión de 1994 viene con nueva portada y unos cuantos regalitos, entre ellos un directo de Rollercoaster cuyo inicio acojona más que la última de Saw, y su final es pospuesto hasta la implosión sónica, mientras se cuelan desgarrados gritos de un público que parece poseído, como si estuvieran todos... sí, has acertado, en una montaña rusa: Rollercoaster.

Y el mayor logro es precisamente que la atracción es totalmente plana, sin loopings ni mierdas, tu vagón permanece estático en su raíl pero aún así es emocionante. ¿Cómo? Preguntádselo a ellos. El secreto mejor guardado después de la fórmula de la Coca-cola.

Nada efectista, todo efectivo. Si comparas a Muse por ejemplo con este grupo, llegas a conclusiones curiosas. Más aún: me parece prácticamente imposible que te encanten los dos a la vez: o los Spacemen 3 te parecen aburridos, o Muse sobreactuado; y el de los dos que menos te guste, pretencioso. Seguro que odian mutuamente su música, o lo harían en caso de conocerla.

¡Hey, que aún hay más! Esta nueva revisión también trae un demo de 2:35 y versiones primerizas de dos cancionazas como son Feel So Good y Walkin’ With Jesus, las cuales aparecieron por primera vez comandando aquel todavía mejor que fue The Perfect Prescription… pero ésa es otra historia.


“Well, here it comes…
Here comes the sound…

The sound of confusion…
The sound of love.”


           Que estoy pensando... no me ha quedado tan mal la entrada al final... ¡toma, toma y toma!


Venga, prometido escribir algo sobre Qué vida más triste  en cuanto haya terminado de ver las siete temporadas.      



La discografía de los "exploradores del espacio", que son tres, Jason, Pete y tú mismo, se compondrá de virajes en torno a este estilo propio que nunca abandonarían, porque al contrario que otros grupos los Spacemen siempre fueron, como mínimo, ellos mismos, recluídos en su cueva hasta que se derrumbó (no a golpe de feedback, sino de disputas internas). Y eso no es poco.
Cuando Jason Pierce se acercó al pop y Pete Kember a la pura experimentación sonora, supieron darle buena muerte al grupo y salvar su gloria.

                                                              


                                                                    Puntuación: 8,5

Losing touch with my mind: 10
Hey Man 9
Rollercoaster 8,5
Mary Anne 9
Little Doll 8
2.35 7,5
O.D. Catastrophe 7,5



lunes, 4 de enero de 2016

The Velvet Underground and Nico


El disco del plátano.

La Velvet fue directa desde el principio. Sonido abrasivo, literatura amoral.

Hay quien considera al primer disco de la Velvet Underground como el más influyente de la Historia.
Cuentan aquella frase míticamente mítica de que todo el que lo escuchó en su momento formó un grupo. Y tened fe de que Sonic Youth, Spacemen 3, The Jesus and Mary Chain o Joy Division no faltaron a esa clase. Difícilmente se puede entender sin la V.U. la mayoría de salidas de tono habidas y por haber en el rock internacional.

La ópera prima de estas bestias neoyorquinas fue la piedra filosofal que convertiría las más surrealistas y deshonrosas historias de callejón en diamantes inagotables (nunca les vi tocar en directo Waiting for the man dos veces igual, en claro desprecio de su existencia y demostración de su esencia)
El eslabón perdido entre la música contenida, hipócrita, controlada artificialmente que siempre harán la mayor parte de los artistas y el aquelarre sonoro que sólo se dignaría a escuchar, por el puro desafío que conlleva, una minoría desquiciada y burguesa con demasiado tiempo libre.

Desde el primer minuto, al igual que James Joyce escribió libros a base de traer a la luz pensamientos oscuros e inconexos con los que  nadie en su sano juicio hubiera osado novelar; Reed, Cale y su gente hicieron música escupiendo al micrófono las mierdas más sórdidas de un inframundo toxicómano y vicioso, que se intenta reír de sí mismo y la existencia humana por no llorar, todo ello sazonado con  avalanchas de ruido efectuadas normalmente por Cale, decidido a profanar la suite del Hilton en que se había convertido el arte sonoro. Sacar a la superficie la crudeza y el salvajismo que reglas no escritas mandaban esconder.

Siempre bajo el mecenazgo de un Andy Warhol que si algo hizo en vida fue investigar (o simplemente destrozar) los límites de lo que es o no arte a partir de lo chabacano y ofensivamente cutre. Bueno, siempre no: sólo hasta 1968. No duró mucho. Tampoco Cale duraría mucho tiempo. Ni el grupo en general. Nada fue, hablando en términos prácticos, muy duradero en la Velvet, si nos olvidamos de cómo hoy día el rock underground sigue erigiéndoles como dioses o al menos visionarios indecentes.

Lou Reed ha muerto, saliendo en televisiones de todo el globo: las mismas que vivo no se atreverían a ponerle. Se une a la liga de grandísimos artistas (reciente el caso de Paco de Lucía, por ejemplo) que sólo he visto como noticia cuando fallecieron. Precisamente morir fue lo menos importante que han hecho. También murió Nico, de un accidente de bicicleta, pronto harán 30 años de ello. 

El disco tiene este nombre  porque a Warhol se le ocurrió añadir una modelo al grupo, intentando que consiguieran mayor visibilidad. Les costó aceptarlo, y aunque la colaboración no se prolongó más allá del LP que estoy comentando, al final el toque de la alemana Nico, en realidad llamada Christa Päffgen, resultó clave. Ni siquiera dominaba el idioma, pasándolo bastante mal en las sesiones de grabación. Pero su voz era única en el mundo. De hecho, más tarde comenzaría una carrera en solitario como cantante.




Si hay algo que me fascina últimamente en el arte, es la disociación entre forma y contenido. En el Ulises del ya mencionado Joyce sirven a su protagonista Leopold Bloom una cerveza, y se narra como si se tratara de un acontecimiento legendario, a la fastuosa manera homérica, y no puedo parar de reír; el disco de la indecencia paranoica comienza con una nana, y da mal rollo. La letra es otro tema. Aquí no hay espacio para la inocencia. El despertar de la vangardia en el pop es Sunday Morning.

 I´m Waiting for the Man ya pasa a juguetona, con una melodía de piano divertida y amoral, más propia de Alicia en el país de las maravillas  que de este mundo. Tan buena que a ratos Lou prácticamente habla, y no se nota. Y todo queda perfecto, como siempre. Una contagiosa línea de bajo al final. El conjunto cruje, pero aún estamos lejos de White Light/White Heat, donde se acercaron ya tanto al precipicio que casi caen. Luego viene Femme Fatale, una canción tristísima, tan fuera de lugar... pero que de algún modo que no consigo comprender, funciona. 


Vamos "decayendo", no en altura musical, que no cederá ni en los momentos más locos, sino en cuanto a las metáforas sonoras que se transmiten: inocencia, picardía (llaman a su camello, ése es el man por el que espera Reed), tristeza y ahora la sordidez tangible del sadomasoquismo. Venus in furs. No se puede caer más bajo, colocado y sangrando, caen gotas rojas sobre tu frente. Aunque vuelva Lou, tras la fría pero perfecta interpretación de Nico en la canción anterior, el protagonismo aquí es para Cale y su viola eléctrica, creando la atmósfera exacta. ¿Y después que viene? El falso pero real, real pero falso subidón de las drogas: Run run run. El tempo se acelera y todos bailan desnudos. Ya llegará la caída, ya... Pero mientras juegan al trenecito con unos noruegos con camisas hawaianas y un equipo de patinadoras suecas en tanga de leopardo. 

Y el desastre resultante lo canta Nico en All tomorrows parties. No sé que dice realmente porque no he traducido las letras al completo, quizás perdería su magia. Pero sigo con mi interpretación: la viola de Cale me lleva por una sala enorme y destrozada, la gente está tirada por el suelo y la figura fantasmal de Nico intenta despertarles. A la quinta bofetada un tipo despierta y tiene la boca llena de babas. Todos los cuadros están torcidos y alguno roto. Cada fiesta conlleva su resaca. Y también cada éxito su esfuerzo. La pregunta es: ¿hay alguna droga, algún sueño, alguna lucha que merezca la pena? ¿O los efectos secundarios son siempre superiores a las bondades de la dosis? Te responden claramente en la siguiente pista, Heroin. Pero no es la heroína (con sus penosas subidas y bajadas) lo que merece la pena, sino la música. Pocas maneras mejores hay de pasar siete minutos que escuchar esta canción. Las contraindicaciones, mínimas. La tranquilidad y emoción vertiginosa que transmite, una ganga. Comprar este disco, ponerte unos auriculares: conseguir tanto con tan poco. El álbum, tan polémico como fue, al final es hasta saludable: acabas dándote cuenta de que no hay droga como la música. Para cuando llegas a There She Goes Again y ya estás vencido, te ponen un par de coros que suenan celestiales con una melodía otra vez juguetona que despunta antes de desaparecer. 





A ratos parece que entregan su alma, a ratos que están jugando con algo pegadizo y tonto para entretenerse un poco, y el resultado es el mismo. Una ironía tan fina que existe o no dependiendo de la interpretación del lector. ¿Habla en serio Reed cuando dice que la heroína es su esposa y su vida? Puede que sí. Pero a la hora de The Black Angel´s Death Song se vuelve a confirmar que la del arte y la existencia es la única locura que existe, y todo lo demás es tan problemático como accesorio. Patético, sublime, divino, diabólico: los contrarios parecen tocarse. Se han diluido en el pentagrama nuestras ideas preconcebidas.

European son: una estampida de búfalos, un choque y posterior rotura del continuo espacio-tiempo: y luego cada uno que adivine lo que pueda a través de las grietas. Su primer ejemplo de canción-absurdo, empezando desde cero e intentando llegar por casualidad al infinito. Un primer borrador de Sister Ray, orgía de la irracionalidad, culmen de aquel bonito despropósito que será White Light/White Heat. Pero ésa ya es otra historia.
No eran ejemplo para nadie, pero se convirtieron en inspiración para todos.







Sunday Morning 9
I´m Waiting for the Man 10
Femme Fatale 9,5
Venus in Furs 9,5
Run Run Run 9,5
All Tomorrow´s Parties 9
Heroin 10
There She Goes Again 9,5
I"ll Be Your Mirror 9
The Black Angel´s Death Song 10
European Son 9


Puntuación: 9,75



sábado, 2 de enero de 2016

El sueño loco de Philippe Petit


 EL DESAFÍO (THE WALK)
Título original: The Walk. También llamada "En la cuerda floja".
Director: Robert Zemeckis   Año: 2015
Duración:125 minutos   Basado en una historia real.
Esto me está quedando quizás demasiado crítico: no quiero serlo. Ésta es una gran película. Trata abismos profundos de la condición humana de una forma tan sutil que te emocionas sin darte cuenta. A la sesión no vino nadie disfrazado de Annie o Jeff, pero se aplaudió al final, que es lo importante.
 
Todo el mundo le preguntaba a Petit por qué. Por qué arriesgar tu vida, subirte ahí y arriesgarte a perder cuanto tienes. Pero intuyo que para él ese reto era su vida y todo lo que podía conseguir en ella. De hecho, cuando la faena ha sido ya realizada, poco parece importarle la marcha de los demás. Me gustaría saber qué es lo que provocó realmente su separación de Annie, a la que se le da más bien poca importancia en el filme.

El hombre es sólo un puente hacia algo superior, hacia el superhombre, dijo Nietzsche; y yo, que ya he aprendido a escribir Nietzsche bien, podría ponerme a escribir largos párrafos sobre la relación de esta frase con la película de Zemeckis, pero dejemos la filosofía para los filósofos. Y aunque ya no existan aquellas torres, debido a un conflicto internacional que hoy en día está aún muy lejos de ser solucionado, aquel espacio entre ellas y cielo y suelo, elevado, silencioso, donde nadie pudo ni podrá jamás cogerle, siempre pertenecerá a Petit: al cinematográfico que ha nacido este año, al real que se atrevió a lo imposible un 6 de agosto de 1974. Allí siempre será mucho más que un hombre. Pudo haberle llegado la muerte hace ya 4 décadas sobre ese cable, pero la Parca no se atrevió entonces y ni aún ahora, con un anciano Petit. Al final, la inmortalidad fue mucho más rápida. Sus eternos 42 metros y dos horas de fama.
Puntuación: 7,5