Andrés empezó a correr con
casi 50 años; entonces encontró la sensación de llegar a meta agotado, comentar
sensaciones con sus compañeros, estirar, ducharse, sentirse vivo y lleno de energía. Alberto García, en cambio, lleva desde los 11. Ya ha
corrido la maratón de Nueva York. Cuando Gerardo se metió en esto, creía que ir desde la playa a su casa era una proeza, y a base de
proponerse retos que cumple poco a poco, ahora está empezando a preparar su
primera maratón. David Torrón empezó a correr por salud, pero es ahora cuando se
ha convertido en una necesidad, para sacar fuera el estrés y la presión del
trabajo.
Para Abel Destar, el mayor logro es poder seguir practicando deporte después de haber padecido un linfoma; según uno de los anónimos, aprender a
dominar tu mente cuando flaquean las fuerzas y sientes dolor. A Diego le fue picando poco a poco el
gusanillo de mejorar marcas y aumentar distancias. Cuando dejó de conseguir
grandes mejorías, no abandonó: ahora corre para quedar con sus amigos, comer con
ellos y no hacer la cama ni aspirar los domingos.
Eloy, de 51 años, fumó hasta los 49, ahora
quiere recuperar el tiempo perdido y ya ha terminado una media maratón en menos
de dos horas. Andrea Cabaleiro siempre había hecho deporte, pero no le había
dado por correr hasta que un día se calzó las zapatillas sin destino, por huir
de un momento, y las endorfinas compensaron sus sufridos pasos.
Pero hay muchos argumentos más:
disfrutar de la naturaleza, poder comer sin
tener que hacer régimen, disfrutar de una
caña y una tapa con los amigos después de la carrera, conocer al amor de tu
vida, mantener la cabeza entretenida, que el deporte “esté en casa” para que tus
hijos crezcan vinculados a él, la salud, dar lo mejor de cada uno, en
definitiva: sentirse mejor tanto física como psicológicamente, al alcanzar metas
que no pensabas posibles. También hay gente que corre para preparar las 24 horas de Vigo.
Hace ya casi tres años que nació esta competición, convirtiéndose rápidamente en una de las carreras populares de más éxito
del norte de España. Las inscripciones se tienen que cerrar inevitablemente al llegar a cierto número de inscritos, debido sobre todo a
las dimensiones grandes pero no gigantescas del Parque de Castrelos, verdadero "pulmón" de la ciudad, en el que se celebra la prueba.
Hemos hablado con la cara visible del proyecto, José Vidal
Rial, al frente de un gran grupo de colaboradores y voluntarios que hacen
posible esta fiesta del running. A lo largo del día, se suceden catas de
vino, conciertos de rock y diversas actividades mientras los corredores
intentan subir vueltas al marcador. Vidal corrió hace ya 32 años una carrera de
24 horas en Barcelona, y en esa experiencia se inspiró para crear una prueba similar en la llamada “cuna del atletismo vigués”, adaptándola a las
características de este recinto. Aunque siempre con precaución, debido a la
dificultad de controlar y organizar un evento de tal magnitud (avituallamiento,
servicios sanitarios, chips, dorsales, atención de todo tipo al atleta,
regalos, necesidad de permisos…).
Pronto será la tercera edición, como siempre
el último fin de semana de agosto, y vuelve a aumentar el cupo en 5
participantes individuales y 5 equipos, acumulándose así un total de 45
deportistas individuales y 65 equipos. Vidal reitera la necesidad de ir poco a
poco. Volverán a llenarse las inscripciones, seguro. De hecho, el año pasado se
llenaron, abrieron nuevas plazas y se cubrieron otra vez.
El formato es simple: hay 5 categorías o competiciones
distintas, aunque se disputen a la vez. Las vueltas son de un kilómetro,
intentando dar las máximas posibles. Por un lado, tenemos corredores de ambos
sexos que se enfrentan a la exigente prueba de recorrer el mayor número de vueltas en un día entero, pudiendo tanto caminar como correr y gestionarse
según sus sensaciones y estrategia personal. En el momento que deseen se les está permitido abandonar el
circuito y retomarlo después. El pasado año, los ganadores individuales fueron
Rodrigo Borrego (200 vueltas) y Sara Pérez (162) habiendo ella realizado los
primeros 100 kilómetros sin parar a andar siquiera, cuando lo más largo que había
corrido en competición había sido una media maratón. Sara destaca precisamente como su mayor logro esta victoria, además de cómo las relaciones en el ambiente deportivo se
han convertido en parte de su vida.
La mayoría de participantes acuden por equipos, y es el
grupo el que corre un día entero sin parar, relevándose sus componentes, y
elaborando la estrategia que quieran: rodajes de una hora, relevos de una
vuelta o dos, series de 5 kilómetros… Los equipos pueden estar formados por un
máximo de 12 deportistas; y ser femeninos, mixtos o masculinos, computando en
tres clasificaciones diferentes. Si la media de edad de equipo es alta, se
añade un porcentaje de vueltas adicionales, por lo que puede ganar un equipo a
otro que ha hecho más vueltas, en el caso de que los segundos sean más jóvenes; lo cual ha sido
apoyado por algunos y criticado por otros. En equipos mixtos ha ganado
BikilaVigo las dos ediciones, lo mismo A Coitelo para los masculinos. En
cambio, en la competición por equipos femenina Runguerreras ha relevado el pasado
año a Hotel 3 Luces en lo más alto del pódium.
En cuanto a estrategias, podríamos comentar cómo en la
primera edición los dos primeros de la categoría masculina, Atenas Running y A
Coitelo, realizaron un choque de estilos. Atenas empezó desde el principio a
series de un kilómetro, y A Coitelo relevaba a sus componentes primero tras 5 vueltas, luego 3. Hay que tener también en cuenta un factor: los cinco segundos
–aproximadamente- que se pierden al cambiar el chip, en forma de tobillera.
Atenas resistió en cabeza muchas horas pero finalmente la victoria se decidió cuando A
Coitelo en las últimas horas bajó las series a una o dos vueltas y los miembros
de Atenas habían sufrido demasiado desgaste después de unas 30 series de mil
metros por cabeza.
Parece que la mejor estrategia para correr lo más rápido
posible sería ir a 2-3 vueltas. Los relevos de 5.000 metros provocan un ritmo algo lento y pesan mucho en
las horas de mayor dureza, las series de una vuelta son inaguantables por 24
horas y no favorecen tanto por enfriarse y calentarse tantas veces el atleta;
con todo lo que eso genera, además del tiempo perdido en el cambio de chip. El año
pasado, utilizando esta estrategia intermedia más efectiva, los de A
Coitelo se convirtieron en el primer equipo en superar las 400 vueltas. Parece
a priori difícil que alguien más consiga hacerlo en la edición de este año, para la que este 8
de junio abrieron inscripciones.
Como hemos visto antes, el compañerismo y buen ambiente
de las carreras es una de las razones principales que llevan a la gente a competir. Vidal
ha tenido esto en cuenta,lo cual explica su éxito:
“para mí es muy importante el grupo y pasarlo bien compartiendo afición. En las
24VGO intentamos llevar eso a su máxima expresión. Siempre quise transmitir
emociones y sentimientos en esta carrera. Creo que lo conseguimos, al conjugar
a un nivel único competición y convivencia.”
Al preguntarle cuántos meses de preparación y kilómetros
son necesarios para realizar la prueba individual sin riesgos, afirma que no
son meses ni días, sino años de experiencia en ultrafondo. Aunque reconoce que
lo más duro es “correr rápido, muy rápido: eso es dificilísimo”.
Desde hace varios veranos, el parque está más lleno de lo
normal en julio y agosto. La mayoría de corredores son equipos ensayando estrategias y sumando "entrenos" para esta prueba, que ha hecho iniciarse en el mundo de las carreras
populares a mucha gente. Comenta Vidal que para él es una gran satisfacción haber aportado su grano de arena al mundo del
running, y cómo se emociona al ver a corredores y aficionados disfrutando
durante veinticuatro horas.
Imagen de la pasada edición de las 24VGO
No divergen demasiado las
respuestas de los anteriores corredores populares (2/3 entrenamientos a la
semana) con las de los corredores también populares que entrenan algunos días más, entre cuatro y siete.
Volvemos a sentirnos orgullosos y orgullosas de mejorar marcas, conseguir
objetivos o simplemente competir contra uno mismo, terminar pruebas duras, conocer
gente… Correr nos hace afrontar la vida de manera más positiva y sentirnos
mejor, aumentando nuestra autoestima. Es una afición que nos ayuda, o más bien nos fuerza, a conocer la
paciencia y la constancia.
Alberto, corredor todavía
activo de 37 años, tiene como mayor experiencia llegar a meta, cuando en el
transcurso de una prueba las sensaciones no han sido buenas: un flato, una caída, ir
más lento de lo esperado…. y aún así ser capaz de superar todo eso y terminar.
Para él, correr es una práctica muy saludable, pero no tiene a esa como su
razón principal, porque esta es: “desconectar del mundo para conectarse uno
mismo. Desde la primera zancada hasta que paras no se piensa, simplemente se es
feliz.” Juan Ramos, corriendo, ordena en su cabeza a todas esas ideas y emociones acumuladas a lo largo
del día. Otros, como Alberto o Mateo, se han decantado por este deporte al
necesitar menos tiempo que el ciclismo, la natación…
Antes de pasar con los
atletas federados, retomemos la charla con Madó González
Fernández, psicóloga deportiva, sólo mencionada en la anterior entrega de este trabajo. Seguro que sus respuestas podrán ilustrar
bastante sobre los temas que estamos comentando. Por ejemplo, muchos
encuestados han argumentado que lo que más felicidad les causa es superar
objetivos que previamente habían marcado en rojo. Hacer 1 hora 40 minutos
cuando habían pensado en 1 hora 45, por ejemplo. Madó, muy consciente de su importancia
para el deportista, confirma que: “establecer
objetivos es una estrategia que permite mejorar nuestra motivación y
autoconfianza; pero para que funcionen tienen que ser difíciles pero realistas,
específicos mejor que vagos, a corto, medio y largo plazo, de realización y de
resultado, entrenamiento y competición”.
Objetivos que motive
realizar, pero no nos lleven al sobre-esfuerzo y a una sensación de
continua derrota, y para varias escalas de tiempo, de modo que se evite la
apatía. Aunque sobre todo, aconseja Madó, deben ser unos objetivos individuales;
establecidos en función de las características, capacidad y logros anteriores
del deportista.
Saber que eres capaz de
conseguir lo que te propones es el mejor ingrediente para mejorar la confianza
en uno mismo. Para un corredor, el objetivo puede ser 29 minutos, para otro 1
hora, pero la satisfacción de haberlo conseguido es la misma para los dos; concluye. De
ahí la importancia de establecer los objetivos correctos. Si el ejemplo de 29
minutos hubiera estimado 28.30, quizás acabaría más insatisfecho que el
corredor de la hora.
Con Madó hemos hablado también
sobre riesgos del deporte, como la adicción: “muchos corredores de los llamados populares están llegando a un límite
peligroso que rodea lo que en psicología llamamos dependencia (…) personas que
acaban sacrificando su vida familiar por entrenar todos los días o correr todos
los fines de semana una carrera”.
En cuanto a la importancia
de la psicología en el deporte, no le gustan los porcentajes: “cada parte del entrenamiento es importante.
El factor psicológico claro que tiene un peso fundamental en el rendimiento,
está demostrado científicamente. Aunque no sea de dominio público, cada vez hay
más clubes, deportistas y federaciones que trabajan con psicólogos, pero hay
que seguir trabajando, para que la labor del psicólogo se vea como una parte
del entrenamiento y no como un parche para cuando haya problemas”.
Madó enumera los beneficios psicológicos
de la carrera a pie: bienestar emocional, mejora en los niveles de confianza, construcción de una imagen personal más positiva, desarrollo de un mayor autocontrol,
estabilidad emocional, disminución del estrés….
Tenemos muchos problemas, pero
cuando empezamos a correr parecen ocupar un segundo plano porque nuestra mente
se centra en otros puntos. Zancada a zancada cambiamos el foco de nuestra
atención, olvidando un poco aquello que nos preocupaba. Además, esto poco a poco va forjando nuestra personalidad: “cuando
practicas deporte no sólo estás mejorando aspectos físicos, también la capacidad
para tolerar la frustración, porque unas veces se gana y otras muchas se
pierde. Aprendemos, también, que las recompensas no siempre son a corto plazo. El valor del esfuerzo, del trabajo en equipo”.
Uno de sus temas favoritos,
del que lleva investigando más de 15 años y sobre el que ha escrito varios artículos, es el
de la retirada deportiva, para la cual, según dice Madó, también es necesario
entrenarse, como uno de los procesos más importantes a los que se enfrentará
todo deportista; con cambios físicos, sociales y económicos, como aparece
relatado en su artículo con Juan Bedoya López llamado “Después del deporte, ¿qué?. Análisis psicológico de la retirada
deportiva”. Dicha retirada tendría en muchos casos efectos traumáticos. Una
vez termina el éxito, pocos se acuerdan de sus antiguos ídolos e incluso
aparecen desórdenes graves como adicción a las drogas.
Como se afirma en el citado trabajo de Madó, a pesar de que todos los deportistas son conscientes de que su
retirada llegará, pocos se preparan para ello, y esto afecta gravemente a
aquellas personas que se identifican sólo como eso, deportistas: visten ropa deportiva,
leen prensa deportiva, visitan lugares relacionados con el deporte, conservan amistades
sólo de su especialidad… Cuando orientas tu vida al
deporte te valoras según tu actuación y éxitos en él, por lo que la retirada
puede ocasionar problemas de adaptación emocional muy serios, en busca de un
nuevo rol. Concluyen Juan y Madó el artículo con la necesidad de implantar
programas de reinserción laboral y asesoramiento para estos casos.
Entrando ya en el atletismo
federado, Agustín Hernández Ulloa parece dar la razón a Madó en cuanto a la
evasión que proporciona la carrera. El joven atleta narra cómo corre “para escapar un poco de lo que me rodea.
Cuando corro no pienso en nada, simplemente me concentro en el hecho de
avanzar. Mi mente y cuerpo adquieren un estado al margen de la realidad que me
hace continuar, e incluso repetir, por la sensación de bienestar que produce. Tiene
poder adictivo sin duda. Esto, unido a mi afán de superación y motivación, hace
que corra prácticamente todos los días”.
Unas zapatillas, un
cronómetro y un tartán: lo demás no importa.
Ana empezó a correr porque
nunca se le habían dado bien los deportes de resistencia, y se lo puso como un
reto personal. Cree que si algo es muy fácil te aburre, y la gracia es
esforzarse y al final conseguirlo. Si no es un
reto, pierde interés.
Juan Pablo Fernández
Rodrigues, sub-campeón sudamericano de milla en ruta en 2005, y con unas
importantes marcas de 1.49 en 800 y 3.43 en 1.500 metros, afirma que correr
mejora su productividad en los demás aspectos de su vida.
Y también atletas federados
comenzaron esta práctica deportiva por salud, o la tienen como un factor muy
importante: Alfonso López Menduíña, presidente del Club Atletismo Santiago y
bronce en 800 en el Campeonato de España de veteranos durante la temporada 2014-15,
utiliza el deporte como uno de los tratamientos recomendados para la Diabetes
tipo 1; Marcos Castro hizo atletismo de joven y lo dejó, pero al detectársele
una enfermedad degenerativa, le animaron a que volviera, consiguiendo minimizar
muchas de las secuelas.
A Marcos, ya
retirado, le motivaba creer que podía hacer lo que nadie más creía posible.
Considera como su mayor logro un entrenamiento: ganarle en un 900 entrenando a
Fernando Vales, joven atleta de gran progresión, teniendo Marcos la cadera fastidiada – no le
dejaba ya correr media hora seguida-. Al terminar, en 2.50, no pudo levantarse
en 15 minutos. Para el citado Fernando, su mayor logro es haber sido campeón
gallego absoluto de 800 metros, y no conoce una razón concreta de por qué
corre, pero destaca lo bien que te sientes a pesar del sufrimiento, cuando
acabas un entrenamiento o una carrera en la que lo pasaste mal.
Gabriel Monterroso piensa
que no ha mostrado todavía lo mejor de sí mismo en una competición; por lo que
ha disfrutado más en entrenamientos solitarios por caminos de tierra que en
campeonatos. De todos modos, completar un buen "entreno" ya es una enorme
experiencia para él, independientemente del resultado conseguido después en los
controles.
Para el mismo Gabriel, correr “ te aporta mucha alegría pero también dolor
(van de la mano). Te vuelve una persona más fuerte y luchadora, algo que se
plasma no sólo en el deporte sino ante las adversidades que pueden aparecer en
cualquier ámbito de la vida. Mantener intacta la ilusión por este deporte después de
una dura lesión, y salir de ella más sabio y maduro, es uno de los mayores logros
que se pueden conseguir. Actualmente me veo envuelto en unos problemas de salud
graves que me están alejando de las zapatillas, del deporte en general e
incluso de la vida académica. Pero el poder adoptar una mentalidad positiva se
lo debo en gran parte al atletismo, y tengo la certeza de que cuando vuelva
disfrutaré más que nunca, sin importar cuánto tenga que esperar para hacerlo.
Ese es el tipo de ilusión, la fuerza que te da el deporte”.
Shara Pérez tampoco tiene
una carrera en particular de la que estar orgullosa, pero sí lo está, en el fondo
de cada competición y cada puesto, porque hizo todo lo que pudo. De igual modo,
Adrián Lago Tizón, júnior con 3.54 en el 1.500, está orgulloso de ofrecer
siempre lo máximo de él, tanto compitiendo como entrenando. Él no es capaz de imaginar
la vida fuera del atletismo, y Diego Escribano Vélez, de encontrar una razón
concreta de por qué corre: reto personal, campeonatos, récords… o, como dice,
que simplemente es corredor.
Otros atletas lo tienen más
claro: para Luisa María García, su mayor éxito es haber quedado subcampeona de
España, para Xose Cabado ser subcampeón de España dos veces y tener el récord
gallego de 400 vallas, y para Javier García Fernandez, haber sido seleccionado
para representar a Galicia con la selección absoluta en el relevo de 4 por 100
e ir al Campeonato de España Absoluto de Castellón.
Fran Iglesias destaca los viajes a
las ligas de División de Honor con su equipo, Jorge Puig Malvar, haber sido
campeón gallego absoluto de 800 y 1500 metros al aire libre el pasado año, Juan
Carlos Sande, acabar todas las carreras aunque sea “muerto”, Jose Márquez
Suárez, haber sido octavo en el campeonato de España juvenil de 1.500 en pista
cubierta…
Vicente Suárez Amoeiro
corre por superación personal. En sus propias palabras, “no tener nada que
perder pero mucho que ganar”. María del Mar Casillas Dorado cree que lo más
grande que le ha dado el atletismo es su forma de ser, ya que desde pequeña ha
ido creciendo entre estudios y entrenamientos, y eso la ha llevado a
convertirse en la persona que es hoy en día.
Aunque el veterano de 55 años Antonio Fuertes
Saavedra posee un gran palmarés (dos veces Campeón del Mundo de veteranos de
Media Maratón y una Subcampeón, con el equipo español; entre otros muchos
éxitos internacionales, nacionales y locales); a pesar de ello, actualmente gran parte de sus
razones para continuar son relacionarse con las personas del
deporte, cuya compañía disfruta. Al final, dice Antonio, lo que le satisface
más es la gente que has podido conocer y las experiencias vividas durante tantos
años.
Ignacio García Ramón,
atleta de medio fondo y fondo de 26 años, piensa que ya es un logro cuando en competición sale afuera todo el sacrificio realizado en los entrenamientos. Comenta que “han sido muchas las experiencias como para
quedarme solo con una. Una de las más gratificantes fue cuando logré bajar de
8.10 en 3.000, ganar el Campeonato Gallego de Clubes poco después de
fallecer mi madre o el más reciente, un puesto finalista en un Campeonato de
España Absoluto en pista, quedando séptimo, un pequeño sueño que había tenido
desde pequeño.”
Osiris Rey aprecia cuando
ganó el campeonato de España y fue internacional, pero aún más el llegar a ese
momento de forma en el que vas muy fuerte y fácil, y parece que no cuesta.
Sandra Mosquera, séptima en un Campeonato de Europa de Cross junior, no afirma
correr por esos éxitos sino simplemente porque cuando lo hace se siente feliz. A
Ester Navarrete, que también ha representado a España en un campeonato de
Europa de campo a través, el de Albufeira 2010, dice disfrutar de cada zancada y
cada reto que se propone. Para Gonzalo Basconcelo, tres veces internacional con
España, el atletismo es lo que le hace feliz, le llena y ha forjado su
personalidad.
Ivo Maseda cree que corre
por una necesidad de plantearse objetivos en su vida, tanto a corto como a
largo plazo, tener algo en el horizonte y una motivación para el día a día. Ha sido internacional con la selección
española en categoría juvenil, en la prueba de 1.500 metros lisos. Carmela
Cardama Báez, quinta en el Campeonato de Europa Júnior el pasado año en 5.000
metros lisos con 16.23, disfruta viendo cómo es capaz de superar sus
expectativas de sí misma; y al entrenar con mucha gente alrededor, que hace los
entrenamientos divertidos incluso cuando son duros.