lunes, 19 de junio de 2017

El tonto moral



Tontos morales somos todos, éste, como ninguno. Para él, ya no es que el fin justifique los medios: es que sólo hay fines, el resto suena a farolas bajo un manto de estrellas. Y una sanguijuela repta por el mundo absorbiendo vidas por el bien de la suya. No sé si carece de sentido moral por mucho que se esfuerce; o simplemente se esfuerza mucho en carecer de él.

Su objetivo es aprovecharse al máximo. Si no actúa mal es porque le ha faltado imaginación, o le sobraron consecuencias nefastas para sí mismo, el único que importa, al fin y al cabo (...) Te ayuda para que le ayudes, si descubre que no buscas nada a cambio, dejará de darte las gracias. ¿Quién se esforzaría por nada?

Es tonto moral, pero no es tonto. Le arranca las alas a los pájaros, jamás a las avispas o las cucarachas; deshoja margaritas, nunca cactus ni plantas carnívoras. Así que la forma de combatirlo es tener un aguijón temible, ensuciarse (aunque esto conlleva afearse uno), recurrir al canibalismo, pincharle (con algo venenoso, a poder ser) y hacerle callar.

Se pasa las tardes, cuando es grande, haciendo lo que le da la gana y despreciando a los demás hasta que se deprimen; y luego la noche, cuando es pequeño, quejándose de que los demás hacen lo que les da la gana y le desprecian, fingiendo que eso le entristece para utilizar su bondad contra ellos mismos, y seguir sometiéndolos; es su Imperio de la Daga y la Lágrima; qué milagro verte cada día más cruel y más sensible. Mañana, extinguirás una especie por un pelo de tu ombligo.




Se tira en cuanto pisa el área, dedica a besar bebés cada campaña electoral; luego clama al cielo en cuanto el portero contrario hace tiempo y, después de ser reelegido, cerrará todas las guarderías.

Lo importante es ganar, sea como sea. Su arsenal es inmenso y explota tus puntos débiles: lo intenta con los puños (eres frágil), las zancadillas (buen recurso para despistados), la ternura (confías de un lobo) la legislación (no tienes abogado), la desesperación y el llanto (sufres de empatía); y como seas generoso, entrégale el dedo que atrapará tu mano, entonces ya me sé la historia; cedes el brazo y entonces se traga sin masticar el Universo entero: cuanto más tiene, más quiere, porque ninguna conciencia frena sus deseos, es un agujero negro del que se escapa todo el que escapa, pero como te acerques... estás muerto.

Y lo peor de todo, se le ha visto suplicar y denunciar a quien ha estado aniquilando. La justicia sólo existe para él como una estratagema más, viene y va, se parece a las luces que parpadean en un letrero viejo. La pide cuando la necesita, al estilo de un parlamento entre piratas traidores con pata de palo.

En el supuesto de que en esta ocasión no haya podido hacer trampa, acusará a los demás de cometerlas, hasta agotarse: así es la mente distorsionada del analista partidista, que sólo sabe remar a favor; el primer amo del Lazarillo comiendo uvas a través de los espejos que escribió Valle-Inclán.

Algunos electores y otros tantos árbitros ya no creen sus lágrimas de cocodrilo, saben que sólo patalea si le escuchen, y gemirá cuando alguien abra la puerta o entre en la habitación. Así que lo mejor es ignorarle. Y llora un poco más, llora hasta que "¡increíble, ahora es de verdad! ¡Está sintiendo!"

Como no tiene emociones (necesarias para conseguir cualquier cosa), las finge y provoca en los demás (para que se las den hechas).

Ya tiene el plato en la mesa, la silla esperando a que llegue y ya va a llegar/ hay uno en cada casa, laa la la la la el toonto moral (...)


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Fotografías extraídas de Photopin, créditos:

 Autor: Francistoms 
Título: The last cult of England

Autor: Idiolector 
Título: Reverse psychology

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