sábado, 26 de marzo de 2016

PELIGRO



Sube al coche. Lleva una mochila a cuestas.
-Vamos, sube.
-Voy- contesta Rubén mientras piensa en otra cosa. Se ha dejado el móvil atrás. Mete las manos en los bolsillos y no es capaz de recordar lo que falta.
Aceleran. La carretera se extiende a su paso como una alfombra. Hay árboles a ambos lados de la acera, medio muertos. Nadie juega en la calle. Y el conductor, que ya no peina canas porque hace unos meses se ha quedado calvo, comienza a contar una historia:
- Antes jugábamos ahí, y allí -señalando con el dedo- ahora es asfalto, antes era tierra y pasaba una furgoneta cada veinte minutos. Entonces recogíamos las porterías, dos piedras y dos bolsas. Su dueño saludaba al pasar, con la mano libre. Todos le devolvíamos el saludo.
Un día, esos árboles torcidos de la izquierda fueron la portería donde reté a Marco, el portero suplente del equipo de la ciudad en aquella época. 





Por aquel entonces esto era un parque y nos lo encontramos llorando. Ninguno entendía qué estaba haciendo, pero yo llevaba una vieja camiseta con su nombre y le pedí que me la firmara. Él, consciente de que en esta vida poco o nada se consigue sin esfuerzo, no me lo concedió como favor sino como reto: sólo si conseguía meterle un gol pintaría algún "Marco" sobre el azul. Era de penalti y tenía una oportunidad, nada más. A 20 pasos (lo más cortos que pude) coloqué la bola, él dio el visto bueno con su pulgar y empecé a coger carrerilla muerto de miedo. No recuerdo la cara de Marco esperando mi tiro, sólo sé que ya no lloraba. Y casi me vuelvo loco, porque al acercarme a la bola pensaba en todos los disparos que podrían darme el triunfo y los que no, y a la vez tenía la camiseta con su firma y tenía todo y no tenía nada. Los rayos de Sol me cegaban: era una cuestión de fe. Decidí apostar por el palo izquierdo, Marco se tiró como un gato pero no evitó el gol. Se me acercó y me dijo: ahora que he perdido contra un chavalín, quizás debería retirarme. Yo había ganado, pero no me firmó la camiseta. Le pregunté por qué antes lloraba, sentado en el banco más oxidado del parque. Me contestó, simplemente: porque no existo. Y se fue. No le volvimos a ver.

-¿Te entristeció perder su firma?- preguntó Rubén, atrapado en las garras de una historia que parecía tan inconclusa.
-No- contestó el viejo- porque lo último que vi de él fueron sus pies descalzos. Había dejado allí los zapatos. Aunque me quedaban grandes, jugué al fútbol con ellos durante meses. Luego rompieron y me dio mucha pena. Los enterré bajo el árbol. Hoy la hierba es cemento y no puedo bajar a por lo que queda de ellos. Antes jugábamos en la calle - y miró a Rubén- antes jugábamos.



 -¿Cuánto?
- Todo el día.
-¿No ibais a clase?
- A veces. Volvíamos a casa con la caída del sol. Si alguien sangraba, le llevábamos a la fuente. Tampoco está ahora, porque ya tenemos agua en casa, supongo. Pero a mí me gustaba esa fuente.
-Estás nostálgico.- constató Rubén.
- Al llegar a cierta edad, eres la nostalgia. ¿Sabes lo que te quiero decir? Ahora los niños están sobreprotegidos. Pillan un resfriado en cuanto empieza a llover. Antes destrozábamos los pies saltando charcos. Todo estaba tan helado que no nos cogía el frío. El abrigo te hace débil. La culpa es de los padres, unos pasan de sus hijos, otros temen tanto por ellos, están tan encima que no les dejan pensar. Un niño debe tener la cabeza despejada. Nos preocupamos tanto que tenemos un único futuro llamado agobio. A los 15 años, hipocondríacos.
-Ya hemos llegado- dijo Rubén, y era cierto. Cogió su mochila, abrió la puerta despacio porque siempre le decían que tuviera cuidado con ella.
-Hasta luego, mira a los dos lados al cruzar, y llámame cuando termines- fue lo último que dijo el viejo.


  


TODAS LAS FOTOS SACADAS DE LA PÁGINA PHOTOPIN

1-
photo credit: <a href="http://www.flickr.com/photos/48289187@N00/26095941555">#13 in 52 Under Control!</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/">(license)</a>

2-
photo credit: <a href="http://www.flickr.com/photos/50830796@N04/25466473381">Springtime in the far North  (Explored)</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/">(license)</a>

3-
photo credit: <a href="http://www.flickr.com/photos/135038033@N06/25158861042">Balón</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.0/">(license)</a>


2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, quizás porque al leerlo me he puesto nostálgico y he recordado... algunos momentos de charla contigo ;)

    (Ademas de recordar un poco mi niñez... que dentro de 6 día ya cumplo los sesenta y cuatro)

    ResponderEliminar
  2. Tantos años son muchas historias como ésta, seguro.

    ResponderEliminar