sábado, 26 de marzo de 2016

¡Ssssshhh!

Captan mi atención (normalmente dispersa). Toda esa gente que grita en busca del silencio. Estás tan tranquilo, en una conferencia, una clase, lo que sea. Atiendes más o menos. Se escucha un ruido de fondo. Dicho ruido es algo así (léase mi anterior entrada) como una bestia que de repente crece, y se hace insoportable. En ese momento, a veces mucho antes, se suman los "ssssssshhh", y entonces la orgía sonora está asegurada. Unos hablan, otros mandan callar, tienen algo en común: todos hacen ruido. Como si lo que los ponentes están diciendo pasara de repente a un segundo plano y comenzara una lucha entre "fans" y "haters".

A los que miran distraídos la hora en su móvil, hablan con algún disimulo y se retuercen en la silla, los entiendo: la charla o clase en cuestión no les importará un carajo. Pues que no vayan, se preguntará alguien. Quizás les obliguen o quizás sean de esta gente que se aburre esté donde esté y haga lo que haga, lo cual obviamente es muchísimo peor.

Pero, ¿y los que mandan callar durante toda una hora, cuando en el primer minuto se pudieron dar cuenta de que esto no causa efecto alguno? ¿Qué se supone que quieren conseguir? A mí, personalmente, los sssh me parecen jodidamente molestos, como el "zumbido" de una mosca... (no más de un taco por frase, por favor).

Aunque lo peor de todo, lo que me ha motivado a redactar este artículo, es comprobar cómo mucha de esta gente que manda callar a gritos, también habla. ¿?

En otras palabras, cuando no hacen ruido hablando, lo hacen al molestarse de que los demás hagan lo mismo. Jaja. Esto me está quedando muy coloquial, pero en fin: ¿qué piensan acaso, que cuando charlan ellos no molesta? Supongo que sus propios pedos les olerán muy bien a esta gente. Odio su forma de actuar, pero tranquilos y tranquilas, si también habéis sufrido lo mismo, porque tengo la solución. Daré una conferencia llamada "por qué la gente es tan maleducada en las conferencias", su hipocresía es tal que vendrán todos. Y dios mío, será sublime. Imaginaos lo que podría conseguir con 200 personas que poco callan y mucho mandan callar, encerradas en un auditorio. Daría una conferencia lenta y plomiza, un tostón vamos, arrastrando las pa-la-bras, repitiendo al menos una vez cada leettrrrra. Infinito, sádico, mortal. Ahogados en sus propios silbidos y gritos, sin poder entender nada, odiando a tantos y perdiéndose a sí mismos, sssssshucumbirían al fin.


                                                                            (silencio)

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