Arnold Schwarzenegger afirma que no le aceptaban como actor por estar demasiado hipertrofiado, Cristiano comenta (sentado en su descapotable) que la profesora del colegio le advirtió:"el fútbol no te dará de comer"... ¿Qué más? ¿Obama, porque una vez le replicaron que jamás sería presidente? Este contenido, no tan bien intencionado como puede parecer a simple vista, incurre en una falacia brutal: a virtualmente todo el mundo, también a los más grandes, en algún momento, les dijeron que no serían capaces de lograr algún objetivo, que no valían para ello, no eran lo suficientemente buenos, o demasiado (....). Lo raro sería que estos personajes de éxito hubiesen triunfado a la primera y sin que nadie les recriminara cualquier cosa.
El objetivo es conseguir visitas a costa de la debilidad de la gente, aunque termine calando el peligroso mensaje de que todo el que se esfuerce lo necesario, a pesar de las adversidades que padezca y el estado en que se encuentre, sean cuales sean las capacidades que le ha dado Dios o la genética, puede llegar a lo más alto en algún campo.
No debes desanimarte ni cesar en tu empeño si alguna vez te dicen que no vales, porque oh, increíble, también despidieron a Steve Jobs, y Einstein se despistaba en clase. La maestra de Cristiano es la profesora de Schrödinger, porque ¿se equivocaba o no al decirle eso a su ex-alumno, teniendo en cuenta que el número de niños que finalmente se pueden dedicar enteramente al fútbol es ínfimo, aunque él sí que lo consiguiese? Continuamente se nos vende el éxito como algo disponible para todos y pocas cosas pueden ser más nocivas que ésa.
A mí, que practico deporte con asiduidad, pocas cosas me fascinan más que cuando alguien de nivel más o menos bueno, muchas veces superior al mío, reconoce "yo soy un matado". Me parece un triunfo de la voluntad, del carácter; un no creerse las falsas promesas de la edad de la gominola, porque sabe ácida, porque somos mejores que eso; y disfrutamos como árboles de nuestro lugar en el mundo. Y si al final avanzamos, pues que nos quiten lo bailao.
En Facebook nunca da la sombra, vive en unas vacaciones permanentes. Cuántas veces hacer scroll es dudar si nuestra vida es lo suficientemente buena, porque somete nuestras miradas a muchos más brindis colectivos que resacas solitarias, viajes a Camboya que retenciones en la Nacional 15; cada perfil sumado a una especie de complot global por el que aparentar una felicidad constante, un triunfo cada semana y si no se consigue es por alguna razón coyuntural, porque todos somos maravillosos y unos campeones, y hasta al antiguo presidente de California le dijeron que nunca llegaría a nada.
No sería necesaria tanta motivación de pacotilla; si se defendiese más que no es necesario ser una estrella fulgurante del deporte, el espectáculo o la ciencia para estar satisfecho con uno mismo. Porque la palabrería barata, en realidad, nos debilita, nos frustra.
Paulo Cohelo se ha hecho de oro gracias a contentar a desvalidos con sentencias literalmente (y literariamente) estúpidas, como
"Sólo una cosa vuelve a un sueño imposible. El miedo al fracaso";
"Cuando una persona desea realmente algo, todo el Universo conspira para ayudar a esa persona a realizar su sueño."
Una de dos: o quiere ganar mucho dinero o piensa que si le pones un motor a una oveja y cierras los ojos, es una Harley.
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Créditos de la fotografía
Ernestoglez <a href="http://www.flickr.com/photos/52874337@N02/14586154009">PACHUCA MAZATLAN VS ESTUDANTES TECOS 2003-04</a> via <a href="http://photopin.com">photopin</a> <a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.0/">(license)</a>
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