Uno de los más importantes caballos de batalla de los juegos culturales, educativos o simplemente innovadores, suele ser la jugabilidad. Ya son pocos los juegos que exploran las capacidades del medio digital, y menos todavía los que lo hacen sin que por ello se resienta el aspecto interactivo.
Así, ya vimos cómo That Dragon, Cancer contaba una historia real de una manera magnífica, pero nos relegaba a un estatus prácticamente pasivo. En Type- Rider, videojuego de plataformas alrededor de la historia de la tipografía, el problema es otro.
No soy el único en pensar que su sistema de control es deficitario. Los primeros niveles son tan fáciles que no lo percibes, pero en el momento de dar el do de pecho, cuando sube la dificultad, el sistema de juego se desvela no solo limitado sino frustrante y tedioso.
Controlas al signo de los dos puntos ":", que en demasiadas ocasiones hace difíciles saltos de toda la vida. Por ejemplo, en la fase homenaje a Tetris, desespera caer una y otra vez, tener que moverse de forma milimétrica para efectuar cuatro brincos teóricamente sencillos, por culpa de las malas pasadas que juega la gravedad a una estructura doble y tan extraña.
Imagen del tráiler para PS4 de Type: Ryder, que puede considerarse un proyecto transmedia (se han montado exposiciones de museo).
Otro aspecto negativo sería que éste es un juego educativo donde lo educativo y el juego no están perfectamente integrados. Durante tu travesía recoges una serie de ítems (detalle bonito que aparezcan en el estilo que corresponda al nivel, ya sea Helvética, Times New Roman...) y éstos completan un libro sobre la historia de la tipografía, la impresión y la comunicación humana.
El libro mencionado es interesante de completar y ojear, pero no deja de ser un compartimento "estanco" fuera del juego real, no parece suficiente; y, en cualquier caso, las entradas que vas desbloqueando aportan algunos datos fascinantes pero en general no es mejor que lo que encontrarías tras unos minutos buscando en Internet.
Lo mejor del título es sin duda el diseño gráfico de los niveles, la mayoría muy logrados y repletos de las características de cada época. Sobre todo, cuando esos elementos icónicos aparecen en primer plano: saltas por un cable de telégrafo o a través de un letrero de cine intentando no electrocutarte; y si la tipografía Clarendon era muy visual y por tanto se utilizaba para los carteles de Se Busca, pues el nivel cinco posee una ambientación del lejano oeste con carretillas, disparos, dinamita...
Hay espacio para símbolos del progreso humano como la Enciclopedia de D´Alambert y Diderot, la aparición de la prensa (te moverás entre las columnas de un periódico), la sociedad de consumo y publicidad de los 60, las vanguardias artísticas, el movimiento hippie...
Hasta ese último nivel extra dedicado a Internet, los memes, los LOL y WTF. Y un ejemplo de que sí se aportan algunos datos interesantes en el libreto del juego: ¿sabías que el descubrimiento del Bosón de Higgs se presentó en Comic Sans?
En conclusión, este plataformas aprueba raspado considerado como tal, pero en cuanto a hacernos descubrir el mundo de la tipografía y que cada tipo de letra se relaciona con una determinada tecnología, objetivos sociales y contexto histórico, triunfa a su manera.
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